sábado, 24 de septiembre de 2016

Ya no quedan Arquitectos como los de antes...

Ya no quedan arquitectos como lo de antes…

Los arquitectos de antes sabían dibujar a la perfección, con ese toque tembloroso. Los arquitectos de antes eran las personas más cultas, sabían de todos los temas. Los arquitectos de antes eran bohemios y no hipsters, eran artistas y no solamente constructores, porque no olvidemos que la arquitectura es una bella arte; los arquitectos de antes eran los más perfeccionistas seres que pisaron ésta tierra...
Y así podría ir enlistando un sinfín de cualidades de los arquitectos “de antes”.
Pero, ¿Por qué escribir un post con este tema?...
A propósito de la muerte de Teodoro González de León, me puse a pensar que quedan ya muy pocos arquitectos que se formaron en la profesión siendo observadores, desarrollando sus habilidades con el lápiz día a día, seguramente cuando estudiaban les rompieron planos en la cara y no salieron corriendo a acusar a su profesor (arquitecto también) de maltrato psicológico o de ser “malo” con ellos. Seguramente pasaron muchas noches de desvelo en espera de la “musa inspiradora” y rayaron millones de hojas en busca del boceto correcto para iniciar el proyecto ideal. Y por sobre todas las cosas, nunca subestimaron el valor de la historia.
Para mi, hoy en día, se ha devaluado mucho la profesión. Porque no es lo mismo a ser un constructor que ser un Arquitecto. Por muchas razones…
Dice el diccionario que… un Arquitecto es el profesional que se encarga de proyectar, diseñar, construir, y mantener edificios, ciudades y estructuras de diverso tipo. Su arte se basa en reflexionar sobre conceptos del habitar bajo necesidades sociales. Es un profesional de alto nivel de estudios superiores, con una profunda formación técnica, artística y social. Proyectar edificaciones, espacios urbanos o varias estructuras, y velar por el adecuado desarrollo de su construcción…
Si, en efecto, CONSTRUIMOS estructuras diversas, pero no solo las construimos. Las soñamos, pensamos, las imaginamos, las diseñamos, (esto quiere decir que le damos una solución práctica y útil a un problema), y finalmente las construimos. Pero ese proceso, es un proceso en el cual boceteamos, buscamos muchas opciones, visualizamos los espacios o estructuras y resolvemos lo que haya que resolver.
Como consecuencia del mundo globalizado y  de que las profesiones no tengan un tinte elitista, se abren universidades a diestra y siniestra y desgraciadamente las licenciaturas, se hacen más “accesibles”, ¿qué quiero decir con accesibles? Pues por inicio ya no se exige que quien estudie cierta carrera tenga habilidades mínimas que irá desarrollando o peor aún,  los planes de estudio no abarcan todas las materias que deberían estudiarse. Los exámenes de admisión en estas universidades, son un mero requisito y al final del día cuando salen al mundo laboral pues desgraciadamente no están capacitados como deberían y así las filas de los desempleados se van llenando más y más.
Sin afán de molestar a nadie, lo que quiero decir con todo esto, es que aunque la oferta de profesiones se ha ido ampliando en nuestros días, no todas las escuelas ofrecen una opción educativa real. Sin ir más lejos, cuantas universidades no dicen tener dentro de sus carreras la “Lic. En Arquitectura” y no hay nada más alejado de la realidad que su plan de estudios. ¿Por qué digo esto? El que te enseñen la parte técnica de nuestra profesión y te hagan creer que por saber utilizar uno o dos programas de diseño ya eres un Arquitecto y puedes Diseñar, pues es un grave error.
Por otro lado, y vuelvo  a insistir, no quiero herir susceptibilidades pero por qué si ya existía una carrera llamada “Diseño de interiores” (ya hablaremos mas a fondo en otro post sobre el hacer, quehacer y diferencia entre los interioristas y decoradores) ahora las universidades se han encargado de cambiarle el nombre y llamarla “Arquitectura de interiores”,  no deberían llamarla así y ¿saben por qué? Pues por lo menos aquí en México, no existe una cultura del interiorismo y las mismas escuelas que imparten la licenciatura lo demuestran, formando “Decoradores” que tampoco es lo mismo que un diseñador. Los “arquitectos de interiores” no tienen la misma formación que hemos recibido quienes estudiamos ARQUITECTURA (así a secas) y me sorprende que ellos mismo, a sabiendas de que la mayoría que  ha elegido estudiar “diseño de interiores” lo ha hecho porque no querían ver matemáticas o porque pensaban que Arquitectura era muy complicada,  ahora se llamen a sí mismos “Arquitectos” y no se atreva uno a decirles que no tenemos la misma formación (lo cual es evidente, solo hay que darle un vistazo a los planes de estudio) porque se indignan. Yo, que soy una apasionada del interiorismo  creo que la mejor manera de acercarnos a él, es estudiando Arquitectura, porque un arquitecto debe de tener los conocimientos suficientes para darle la mejor solución de diseño a cualquier espacio (interior o exterior) y si a eso le damos el plus de alguna especialidad en interiores pues el éxito en ese campo lo tendremos asegurado.
He conocido mucha gente dedicada a la Arquitectura en estos años y me causa una molestia muy  grande  cuando me dicen sin ningún empacho, frases como: “Odio la historia y peor si es del arte o la arquitectura” o el ya todo un clásico “¿Tener buena ortografía? ¿Para qué? Si soy Arquitecto”.
¿¿¿Qué??? ¿¿¿Es en serio???  y yo a veces les he llegado a preguntar :  “Y ¿No te da pena decir que no te interesa la historia? O ¿no te da pena decir que eres un arquitecto cuando ni siquiera puedes escribir dos frases sin tener 5 o más errores ortográficos?  (si, lo acepto, lo hago un poco por quitarme de encima esa incomodidad y un poco por el morbo que me ocasiona escuchar su respuesta) y de las ultimas cosas que he llegado a escuchar y que me han dejado anonadada ha sido: “Por eso estudie Arquitectura para no tener que escribir bien”, esta última frase ha sido como una estocada para mí. ¿De verdad hemos caído tan bajo educativamente que la gente piensa que no es importante escribir bien o tomarse la molestia de leer un libro?
A esto me refiero cuando digo que muchas universidades no ofrecen una opción educativa real, porque ya no hay un cuidado en esos pequeños detalles, que en realidad deberían de ser muy importantes. Y porque como mencioné al inicio de este post, (parafraseando lo que dice el diccionario): La Arquitectura es una mezcla de técnica y arte con el fin de resolver un problema que afecta a la sociedad.
Se vale que no todos tengamos los mismos intereses, pero entonces hay que estudiar profesiones que nos llenen completamente, que cubran nuestras expectativas. Hace poco escuche a alguien decir “Yo creo que hay dos tipos de Arquitectos, a los que les apasiona la profesión y a los que no”… Esta frase me ha hecho pensar mucho, porque creo que no deberían de existir estos dos tipos de personas en ninguna profesión, creo que todos deberíamos sentirnos plenos de haber estudiado lo que elegimos y además como estudiamos algo que nos llena completamente, pues no sería ninguna molestia continuar estudiando, actualizándonos, leer sobre el tema, no creer que ya cumplimos con terminar una licenciatura y ahora ya no hay nada más que descubrir. Es más, como arquitectos deberíamos salir a la calle y detenernos a observar detalles que nos parecen importantes, tomar fotografías, bocetear a cada instante.

Puede que yo sea una enamorada de la Arquitectura y una romántica que quisiera que todos la vieran con los mismos ojos que yo y por eso escribo este post, que más que una queja refleja mi sentir por una profesión bellísima, milenaria y que hoy en día corre el riesgo de extinguirse como la conocíamos. Porque aunque suene un poco catastrófica, YA NO QUEDAN ARQUITECTOS COMO LOS DE ANTES.