martes, 9 de febrero de 2016

110 años (y un poco más) de Arquitectura en México


Hacía tiempo que quería escribir sobre la Arquitectura en México. 
Hace un par de años (o tal vez un poco más) se realizó una exposición llamada “110 años de Arquitectura en México” (se presentó en el Palacio de Iturbide en el centro histórico de la ciudad de México) y es quien me motivó a escribir este texto y pensar en el desarrollo de la Arquitectura en mi país.
Haré un pequeño recuento significativo con ciertos elementos que me parecen trascendentales y que lograron que se generara la Arquitectura que le da forma a la historia artística y cultural de mi México.

Utilizando el guión curatorial de la exposición, haré mi recuento:

·         Los inicios (1900-1924) Para muchos el mandato de Porfirio Díaz fue terrible, pero para mí, fue un momento de esplendor hablando de las artes y en especial sobre la Arquitectura. Gracias a él (y a su debilidad por la France y todo lo relacionado a los galos) tenemos un hermoso paseo de la Reforma (que ya había sido trazado desde tiempos del emperador Maximiliano de Habsburgo) y contamos con uno de los palacios de Bellas Artes más bellos  del mundo, por mencionar sólo algunas joyas arquitectónicas de éste periodo.
La Revolución nos dejó muchas cosas, entre ellas una arquitectura que denominamos Post Revolucionaria que integra estilos como “art decó”. El interior del palacio de Bellas Artes es una muestra de este nuevo estilo que llegó a América en la década de los 20´s. El monumento a la revolución y muchos edificios habitacionales, sobre todo en la recién estrenada colonia Hipódromo Condesa (hoy el punto de encuentro de los hipsters). Este estilo prosperó hasta la década de los 30 y hay quienes dicen que es el único movimiento auténtico que buscaba una genuina estética para nuestra ciudad.

·         Primera modernidad (1925-1939) Aparece en México el Funcionalismo, que ya había roto paradigmas en Europa, buscando una Arquitectura que llevara como bandera “la función sobre la forma”. Aunque al principio no tuvo un buen recibimiento, el funcionalismo fue encontrando su sitio en nuestro país, abrazado por los artistas del momento, como Diego y Frida que guiados por Juan O ‘Gorman nos dejan como legado su “Casa Estudio” en San Ángel” y el “museo Anahuacalli”.  Yo soy Fan del Funcionalismo, porque me parece una de las corrientes más puras y que mejor entienden a la Arquitectura: la forma debe de seguir a la función. Es una Arquitectura limpia, diseñada para cumplir una meta.




·         Periodo Heroico y el modernismo (1940-1968)   Este periodo es casi uno de los favoritos de todos los mexicanos, porque nos gustan las historias donde somos los protagonistas y donde hay  héroes que le gritan al resto del mundo que somos grandes, que somos “chingones”. La creación de la ciudad universitaria nos ponía en la mira del mundo. El presidente en turno Miguel Alemán, (1946-1952) dispuso los recursos que hacían falta para la construcción de la Ciudad universitaria de la UNAM, todos los arquitectos más importantes de la época participaron en el concurso. La relevancia de este proyecto, es la integración perfecta de todos los elementos, las edificaciones armonizan con los jardines como si fueran uno mismo, no como elementos aislados.  Otras obras de gran importancia de esta etapa son también: El complejo habitacional Nonoalco Tlatelolco de Mario Pani. El Pedregal o “los jardines del pedregal de san Ángel”, que en sus inicios se crearon como si fueran un fraccionamiento de descanso a las afueras de la ciudad y se encargó a los arquitectos de moda como Max Cetto, Luis Barragán y José María Buendía (de quien he tenido la fortuna de ser su alumna y amiga. Y a quien admiro profundamente). También estaba el arquitecto español nacionalizado mexicano Félix Candela, quien realizó obras tan importantes como el Palacio de los deportes. Y haré una mención especial a una obra que realizó Enrique de la Mora en conjunto con Félix Candela: la Iglesia de San José del Altillo.  Donde Candela se encargó de realizar la techumbre  de la misma y que es un paraboloide hiperbólico y cabe mencionar que dicha iglesia fue la primera iglesia de la modernidad en México. Pertenece a la congregación de los misioneros del espíritu santo y es el sitio donde la misa se realiza por primera vez en español y de cara al pueblo. Menciono esto porque considero relevante el hecho de que la misma arquitectura  y el arte en general reflejan los cambios que se gestan en el interior de cada nación.  Y con toda esta modernidad, la llegada de las olimpiadas requiere que México esté a la par de las grandes potencias mundiales, las jóvenes promesas de la Arquitectura diseñan para el mundo, integrando en la ciudad sus obras. La ruta de la amistad, la villa olímpica, el estadio universitario, son algunos ejemplos de esta modernidad a la que nos enfrentábamos en ese momento y son mudos testigos de lo que la sociedad pedía a gritos: Un cambio en todos los aspectos (que hasta hoy seguimos pidiendo, pero esa es otra historia). Pedro Ramírez Vázquez realiza el diseño gráfico para la olimpiada y fue un parte aguas en este ámbito y el inicio de una nueva identidad para las artes gráficas en México.




·         Nueva monumentalidad (1969-1989) Teodoro González de León, Abraham Zabludovsky, Agustín Hernández, Ricardo Legorreta, los arquitectos más representativos de esta etapa. Casi iniciada la década de los 70, hace su aparición lo que llamamos “Arquitectura Mexicana  contemporánea” y sus mayores representantes llenan la ciudad y el país de edificios imponentes y monumentales. El concreto llena las calles. Tan similares González de León y Zabludovsky que hasta trabajaron juntos (y en mi opinión fue la mejor época de ambos), pero tan diferentes de Legorreta que hacía unos coloridos diseños retomando elementos de la arquitectura vernácula mexicana (y muy de la escuela de Luis Barragán) o de Agustín Hernández que siempre ha sido un poco futurista. El museo Tamayo de arte contemporáneo, el auditorio nacional, las oficinas centrales del Infonavit, el Colegio de México, el hotel camino Real, El papalote museo del niño, la casa del aire, el corporativo Calakmul (mejor conocido como la lavadora de santa fe) sólo por mencionar algunas obras.



·         Fin de siglo (1990-1999) La generación de arquitectos como Kalach, Norten, Gómez Pimienta, entre otros, pertenecen a una generación que nació allá por los 60 y creció en un México diferente,  la primera generación que estudió con las nuevas herramientas informáticas. No hubo un estilo que caracterizará especialmente a estos arquitectos, pero si un intercambio con la arquitectura de otros países, especialmente la norteamericana, ya que la mayoría de los arquitectos de esta generación realizaron posgrados en el país vecino del norte. La integración de las nuevas tecnologías tanto para la representación gráfica de los proyectos y para la misma construcción hacen su aparición y llegan para quedarse, y lo que es mejor, llegan para hacernos la vida más sencilla a las generaciones posteriores. Obras tales la biblioteca Vasconcelos (el gran elefante blanco del gobierno de Vicente Fox) y el centro nacional de las artes (aunque este último tuvo varias etapas constructivas) son sólo algunas de las obras más representativas  de éste periodo.



·         Primera década del s. XXI  Esta generación es a la que pertenezco yo. No hay nombres en solitario, como en las generaciones anteriores, los despachos donde cada quien aporta según su talento son el boom. Y estas firmas no solo están integradas por arquitectos, sino que también han hecho su aparición los diseñadores de interiores y se entremezclan con los diseñadores industriales y gráficos.  El construir desde cero y levantar edificios totalmente nuevos ya no es tan factible, sobre todo en la ciudad de México, que a veces pienso ya no tenemos para donde hacernos. Pero también han llegado las nuevas tendencias, “la reutilización de patrimonio edificado” y “el interiorismo”. El estilo predominante, es lo vintage y lo retro. Como dicen por ahí “la moda es cíclica” y por el momento en México estamos un poco encantados con retomar elementos viejos y “modernizarlos” o “contemporaneizarlos”.




La historia de la arquitectura de México siempre me hace pensar en que somos una nación hecha de una mezcla de culturas (claro, como la mayoría) y nos encanta plasmarlo en todos lados. El sincretismo que hacemos con elementos prehispánicos y la modernidad le da un tinte diferente a la arquitectura que hacemos en México. Ese mestizaje cultural se ha hecho desde tiempos de la colonia y lo podemos encontrar en los retablos de las iglesias por todo el país. Y en épocas modernas lo encontramos en esa arquitectura que quería enseñarle al mundo la grandeza de México. Basta pensar en edificios como el colegio militar donde se hace una magnifica abstracción de “Tláloc”. Creo que en el fondo, pensamos que debemos hacer que renazcan todas esas grandes edificaciones que en tiempos de la colonia fueron “tapadas” por otro orden arquitectónico y nos hace enorgullecernos de esas raíces. Pero sin olvidarnos que somos producto del mestizaje y la multiculturalidad.
Allá por los años 90, Pedro Ramírez Vázquez, presentó al mundo  la nueva cara de México en el mundo y lo hizo con el pabellón de México para la exposición de Sevilla 92, como olvidar esas dos gigantescas "X", (porque ningún otro país del mundo tiene una x en su nombre).


 Yo debo reconocer que me encanta pertenecer a esta generación porque las generaciones anteriores nos abrieron brecha y porque como mujer ya tenemos un campo de trabajo más amplio. Ya no se considera a la Arquitectura como una profesión exclusivamente de hombres, porque aunque pudiera parecer ridículo, aún hay gente en México en estos días, que piensan que las mujeres no estamos hechas para profesiones de este tipo. Sin embargo, somos producto del camino que nuestros padres trazaron y de quienes se han esforzado por que haya equidad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos.

Este recuento de obras y personajes de la arquitectura en México, me invitan a querer ser factor de cambio, me invita a querer construir los siguientes episodios de esta historia. Pero seguro que ustedes también deben querer ser actores principales en este camino de la arquitectura, que al igual que para mi, debe de ser su razón de ser, su pasión y motor en la vida.

Nos leemos pronto...